“FORMA DE ABANICO”: SE EXPANDE EL LETAL VIRUS DE LOS CABALLOS Y HAY DESCONCIERTO POR LA FALTA DE VACUNAS.
En Córdoba preocupa el avance de la enfermedad, según los productores consultados.
Crece la preocupación en todo el este de Córdoba por la expansión de la encefalomielitis equina. La diseminación de la enfermedad es en “forma de abanico”: surgió en el litoral y se fue desparramando. La única forma de “frenar” el problema es que haya vacunas, las que no se consiguen.
Gonzalo Barreneche, veterinario, criador de caballos criollos en Guatimozin (departamento Marcos Juárez) y delegado de la región centro sur de la Asociación de Criadores de Caballos Criollos, subraya que los números de contagios están subregistrados porque “la gente no denuncia y porque gran parte de la población de animales no está anotada”.
Con 13 años de experiencia en la cría de caballos, Barreneche insiste en que el animal no es reservorio de la enfermedad, es “huésped”. Se trata de una enfermedad viral que se transmite de las aves a los mosquitos y estos, a su vez, infectan a los equinos. El caballo no contagia al humano, sino que lo hace el mosquito.
Define la situación en el este cordobés como “crítica” y describe que el panorama nacional es “complicado” porque sin vacunas la enfermedad no se frena: “Hace dos semanas que arrancó en el litoral, fue avanzando al centro y sur de Buenos Aires, al este de Córdoba, pero hay casos también en el sur; lo vemos en los grupos de los productores”.
Hasta el 2016 la vacunación contra la encefalomielitis equina era obligatoria en el calendario argentino, pero ese año se eliminó porque desde 1988 que no había brotes. “Los laboratorios no tienen en stock y hay que importarlas. En la desesperación, incluso, se traen de Brasil o Paraguay de manera individual”, señala. La dosis que antes del brote costaba entre $5000 y $6000 hoy, “si se consigue, cuesta desde $15.000 para arriba”.
Barreneche enfatiza que hay “muchos animales contagiados” y descree de los números oficiales -unos 500- porque los casos “no se denuncian; está subvaluado el problema”. La única posibilidad de resolver la situación es “vacunar y prevenir”.
La vacuna, una vez colocada, requiere de 15 días hasta generar inmunidad y después es necesaria otra de refuerzo. El especialista añade que de las tres cepas que tiene esta enfermedad zoonótica, la que está en la Argentina es “la más leve”, la del Oeste.
Otro aspecto que apunta es la “falta de presencia” del Senasa. Da cuenta de que hay lugares del interior del país donde no funciona la oficina local y, si funciona, cuando hay denuncias, no van los técnicos a ver los caballos. “Desde que surgió el brote dictó tres normativas, pero hace falta más presencia, gestiones intensas para que haya vacunas”, señala.
En el animal la enfermedad provoca problemas neurológicos, “se cansa, no coordina”. Hay tratamientos que permiten su recuperación pero también se registran casos de muertes, por eso la urgencia de las vacunas.
Expansión
La enfermedad se expandió rápidamente por el país afectando ya siete provincias: Buenos Aires, Chaco, Corrientes, Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos y Formosa.
“Se dan mucho en caballos de campo que nunca tuvieron una vacunación”, señaló Mario Iturria, jefe del Programa de Equinos de Senasa.
“En el año 2016 la vacuna dejó de ser obligatoria, es decir, que quedaba a criterio del veterinario que implementa el plan sanitario con los animales o del propietario de los animales realizar la vacunación”, apunta el profesional.
La Dirección Nacional de Sanidad Animal estableció que la exigencia de vacunación en los eventos, donde el animal debe contar con una inoculación vigente para Encefalomielitis Equina del Este y del Oeste aplicada al menos 15 días antes del movimiento, será obligatoria a partir del 1° de febrero del 2024.
Además, de una manera complementaria a las acciones ya mencionadas y como resultado del trabajo conjunto entre el Senasa y los sectores involucrados, se estableció un protocolo con el fin de llevar adelante la realización de las actividades que contemplan concentración de equinos y que hayan sido programadas con anterioridad a la declaración de la emergencia sanitaria.
Con la colaboración de Gabriela Origlia
Por: Gabriela Origlia.-
LA NACION.-