EN BRASIL LA INDUSTRIA AUTOMOTRIZ ES UN ALIADO DEL GOBIERNO EN LA PROMOCION DEL USO DE BIOCOMBUSTIBLES.
“Nuestro enemigo es realmente el carbono. A veces el debate se polariza sobre qué tecnología es mejor o qué combustible deberíamos usar para descarbonizar. Y la realidad es que lo importante es reducir las emisiones de carbono”.
Así lo expuso Rafael Chang, CEO de Toyota para América latina, durante una charla ofrecida en el evento “Biocombustibles para la descarbonización del transporte” realizado este jueves en la ciudad de Foz de Iguazú y organizado por el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), la Unión de Azucareros Latinoamericanos (Unala) y la Coalición Panamericana de Biocombustibles Líquidos.
En 2019 Toyota lanzó en Brasil el primer automóvil flex fuel híbrido (Corolla Sedan) del mundo que puede emplear tanto bioetanol como sus mezclas con nafta y también electricidad. Y en 2021 esa tecnología se aplicó al modelo SUV Corolla Cross; ambos modelos son fabricados en Brasil.
Una de las claves del enfoque de Toyota es la diversidad en las soluciones tecnológicas que ofrece. La compañía japonesa, con un criterio práctico, reconoce que las condiciones y necesidades de los consumidores varían según la región del mundo, lo que justifica su estrategia de “multi-pathway”. Esta metodología permite ofrecer un amplio abanico de opciones que van desde vehículos 100% eléctricos hasta híbridos y tecnologías basadas en hidrógeno y biometano.
“Fuimos pioneros en el lanzamiento de híbridos e híbridos flex fuel, en plena alineación con los desafíos de la descarbonización. A partir de la experiencia brasileña con los biocombustibles, podemos contribuir a la transición hacia una movilidad más sostenible”, destacó Chang.
La tecnología híbrida combinada con el uso de bioetanol no sólo permite a los consumidores reducir su dependencia de la infraestructura de carga de combustibles, sino que también ofrece una solución asequible para una gran parte de la población. Esta accesibilidad es crucial, especialmente en países en desarrollo donde el costo de las tecnologías eléctricas puede ser prohibitivo.
“La electrificación, por sí sola, no será suficiente para detener el calentamiento global. Necesitamos un enfoque integrado que incluya combustibles sostenibles combinados con tecnologías automotrices para la descarbonización”, resaltó Chang.
El CEO indicó que evaluaciones realizadas por la compañía pudieron determinar que los vehículos híbridos de Toyota pueden reducir las emisiones de gases de efecto invernadero hasta en un 70% en comparación con los motores de combustión tradicionales.
“Por las condiciones climáticas y también por el desarrollo de la agroindustria en Brasil, tenemos una producción robusta de biocombustibles; la producción es la primera variable para asegurar la consolidación de esta energía renovable con nuestros vehículos”, apuntó Chang.
“La segunda variable importante es la distribución. En el caso de Brasil, tenemos una amplia red de comercialización de biocombustibles con más de 40.000 estaciones de servicio donde se puede cargar bioetanol. Y como resultado de eso, más del 80% de las ventas de vehículos livianos en Brasil están preparados para funcionar con E100 o E27”, añadió en referencia a la tecnología flex fuel.
Además, señaló que la producción de biocombustibles en Brasil se realiza de manera eficiente y responsable, utilizando sólo un pequeño porcentaje del territorio nacional, lo que minimiza el impacto en el ambiente.
“Brasil es el mayor productor de caña de azúcar del mundo y el segundo en términos de bioetanol. Y a veces hay un debate sobre un conflicto con la cuestión de los alimentos o la deforestación, pero la realidad, en el caso de Brasil, es que se emplea apenas el 1,2% del territorio nacional para producir caña de azúcar y está muy lejos del área amazónica; entonces, no podemos decir que haya un conflicto con los alimentos, ni tampoco con el medio ambiente”, resumió.