ARROZ ARGENTINO, RECONOCIDO MUNDIALMENTE POR SU CALIDAD.
Con 10 variedades inscriptas por el INTA, el cereal llega a Latinoamérica, Europa y Asia para ser utilizado por los programas de mejoramiento en la región.
Con 10 variedades inscriptas por el INTA, el arroz argentino es reconocido en el mundo por su calidad industrial y culinaria, exportándose a Latinoamérica, Europa y Asia para ser utilizado por los programas de mejoramiento en la región.
El trabajo de un equipo de investigación del INTA Concepción del Uruguay -Entre Ríos- permitió que, en los últimos 15 años, los rendimientos aumenten y que la calidad mejore. En ese sentido, un reciente estudio determinó que la investigación y el desarrollo de tecnología generó un impacto económico que asciende a US$1926 millones.
El arroz, además de ser el tercer cereal más sembrado y el de mayor consumo humano en el mundo, es una de las especies vegetales más estudiadas por ser una planta con genoma pequeño y simple. De hecho, fue la primera especie cultivada de la cual se describió la secuencia completa del genoma -publicada en 2001-. En este contexto, desde hace más de 30 años el Programa de Mejoramiento Genético de Arroz del INTA se enfoca en la obtención de nuevas variedades y en el desarrollo de tecnologías que mejoren la producción.
Buen rinde y calidad culinaria e industrial
A finales de la década de los ochenta, el programa del INTA readecuó sus objetivos hacia variedades con buen rendimiento y con buena calidad culinaria e industrial, dado que, en ese momento, el escenario se caracterizaba por el uso predominante de genética extranjera: variedades con alto potencial de rendimiento agrícola, pero con deficiencias en la calidad del grano.
El desarrollo de 10 nuevas variedades le permitió al programa de mejoramiento genético y al INTA ganar socios para llegar a nuevos mercados. Desde 2004, se registraron seis variedades de arroz tipo grano largo fino, una variante tipo doble Carolina, uno arbóreo destinado a la cocina mediterránea, y un cultivar corto japonés, diseñado para platos orientales como el sushi. Además, en la actualidad están en proceso de inscribir un cultivar tipo largo fino aromático.
En investigación, la tecnología desarrollada para el control de arroz rojo, ha trascendido las variedades creadas por la institución, consolidándose como una herramienta esencial para el control efectivo de malezas en los sistemas de producción.
Ganancia genética
Un estudio de la Universidad de Arkansas, Estados Unidos, determinó que las variedades de arroz INTA han generado una ganancia genética de 59 kilos por hectárea al año en rendimiento agrícola y un impacto económico que asciende a US$ 1926 millones.
Álvaro Durand -profesor de economía agrícola en la Universidad de Arkansas, Estados Unidos-, explicó que dicho impacto se midió “tomando en cuenta la ganancia genética promedio de cada variedad lanzada por el programa de INTA, el área sembrada con cada variedad en Argentina, Brasil, y Uruguay, y el precio promedio al productor”.
El impacto acumulado desde el 2007 a 2023 es de US$ 2069 millones (en términos reales al valor del dólar en 2023) en tanto que la ganancia de producción atribuida al programa de mejoramiento es de 5,94 millones de toneladas (base cascara).
Edición génica para logar nuevos cultivares de arroz
Los principales logros del programa de mejoramiento se reflejan en la amplia adopción de la genética del INTA, no sólo en Argentina, sino también a nivel mundial. En ese sentido, Mariano Durand -investigador del INTA Concepción del Uruguay, Entre Ríos- destacó que “el desarrollo de cultivares de arroz es un proceso que, en promedio, puede llevar alrededor de 10 años debido a las múltiples etapas de selección y evaluación. Para acortar estos tiempos y acelerar la obtención de cultivares mejorados, es fundamental utilizar metodologías de selección precisas e incorporar nuevas tecnologías”.
Recientemente, el equipo del INTA comenzó a trabajar con edición génica. “Consiste en una técnica biotecnológica que permite realizar modificaciones precisas en el ADN de un organismo. Esta nueva técnica de mejoramiento facilitará el desarrollo de cultivares con características específicas de manera más eficiente. Todas estas metodologías mencionadas optimizan los recursos y reducen el tiempo requerido para el desarrollo variedades”, adelantó Durand.
Durante los últimos años, los desafíos del programa se han centrado en la generación de materiales resistentes al patógeno Pyricularia oryzae, agente causal del quemado del arroz, y en la incorporación de nuevas fuentes de resistencia a herbicidas. Todo esto, sin resignar los altos rendimientos y la calidad.
Fuente: INTA.-