“ROBOT VOLADORES AUTONOMOS”: EN ISRAEL YA USAN UNA IMPACTANTE TECNOLOGIA PARA RECOLECTAR MANZANAS.
Una compañía de ese país desarrolló una herramienta que, con inteligencia artificial, utiliza algoritmos y es capaz de suplir cosecheros humanos.
La falta de mano de obra, como cosecheros para frutas y verduras, se está convirtiendo en un grave problema en todo el mundo. Este panorama plantea un desafío urgente en la agricultura moderna ya que afecta directamente la productividad, la eficiencia y los costos del sector agropecuario. Ya se vio en la provincia de Misiones como los productores se quejan de la falta de recolectores para sus plantaciones de cítricos.
A medida que la población mundial continúa en aumento y la demanda de alimentos crece, se vuelve imperativo enfrentar esta crisis laboral. Para solucionarlo, Israel parece estar a la vanguardia y ha encontrado una solución al respecto: los drones en lugar de humanos. Se trata de un robot que, con inteligencia artificial (IA), recolecta, a través de estos dispositivos, las frutas, por ejemplo manzanas, de las plantaciones.
Tevel Aerobotics Technologies es la compañía de ese país que ha creado estos “robots voladores autónomos”, que funcionan con IA de vanguardia y algoritmos de visión por computadora, lo que les permite cosechar fruta delicadamente con la más alta precisión. Esta tecnología ya es usada en Chile.
“Estos robots cuentan con una eficiencia sin igual y brindan a los productores una solución versátil y confiable. Los frutos se cosechan cuidadosamente con meticuloso cuidado, asegurando que su calidad se conserve con los más altos estándares. Al automatizar las operaciones agrícolas, los ‘flying autonomous robots’ están ayudando a reducir los costos de cosecha, mejorar la calidad de la fruta, aumentar los rendimientos. Es el único en el mundo que interactúa físicamente con el follaje y está diseñado para volar continuamente dentro y fuera de los árboles sin hacer daño”, cuentan en su página web.
La empresa destaca que el uso de esta herramienta reduce los costos totales de un productor entre un 20 y 30%, además de bajar las tasas de magulladuras (con su recolección selectiva) en un 20%, ya que mide la madurez de la fruta.
En detalle, el sistema consiste en un robot montado en una plataforma terrestre, donde cada manzana es delicadamente recolectada a través de una succión y cuidadosamente colocada en la plataforma. Utiliza visión artificial, donde analiza las imágenes de la fruta y, ayuda a determinar no solo qué fruta está madura, sino también el contenido de azúcar y cualquier enfermedad que posea.
Luego, son depositadas de manera cuidadosa para garantizar una calidad óptima y evitar magulladuras. En este sentido, la recolección manual, dicen, “es una de las principales causas del desperdicio de alimentos frescos, debido a sus magulladuras evitables. Son múltiples robots que se mueven y recolectan de manera eficiente lado a lado de las plantaciones, al mismo tiempo colectan en tiempo real data e información de cada fruta recogida.
Entre los datos e información que proporciona en tiempo real sobre el contenedor, antes de enviarlo a la planta de empaque está: la cantidad total de fruta recolectada, el peso y tamaño de cada fruto, la escala de colores, la detección de enfermedades, la marca de tiempo y su geolocalización.
Entre los algoritmos que utilizan están los de visión (detección de frutas, follaje, clasificación de frutos por tamaño y madurez), los de percepción de IA (seguimiento de frutas y fusión de datos), los que se refieren a algoritmos de maniobra (planificación y ejecución de trayectorias óptimas), los de equilibrio (de estabilización para equilibrar las fuerzas aplicadas sobre el robot por el follaje y la fruta), los de optimización de cosecha (de gestión de flotas para la cosecha basados en datos del huerto).
En este contexto, para la compañía, el cambio climático y el crecimiento de la población mundial plantean desafíos cada vez mayores para la agricultura. Yanis Maor, fundador y director general, describió que el problema es que en la actualidad no hay suficientes personas para recoger los frutos. “Cuando miras hacia adelante, es muy claro que habrá cada vez menos gente y; por otro lado, se espera que crezca la cosecha: o sea más gente, más necesidades. La brecha se está ampliando y aquí es donde entra la robótica”, indicó.
Por: Mariana Reinke.-
LA NACION.-