CARNE: LAS SUBAS DE LA HACIENDA YA COMIENZAN A SENTIRSE EN GONDOLAS Y MOSTRADORES.
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En menos de una semana, tras los incrementos en Cañuelas, el valor de la media res pasó de $1.174 a casi $1.400 el kilo. A ese precio, el traslado a los mostradores debería ser de no menos de $ 550 el kilo, de acuerdo a operadores del negocio.
El aumento en los mostradores de las carnicerías llegó antes de lo esperado, a partir del incremento que se registró en el precio de la hacienda la semana pasada.
Con categorías de consumo que entre finales de la semana pasada hasta ahora aumentaron un 22% -unos $ 120 pesos- el efecto empezó a trasladarse hacia toda la cadena.
De acuerdo a un relevamiento de Infocampo en los eslabones intermedios del negocio, a partir de la suba en el Mercado de Cañuelas, la media res empezó a bajarse en las carnicerías con aumentos de $200 a $300 el kilo.
La semana pasada se comercializaba en $1.174 el kilo, de acuerdo a la Cámara Argentina de Matarifes y Abastecedores (Camya) y en estos días, se ubica cerca de los $1.400.
Con este precio de la media res, los aumentos ya se instalaron en el precio de venta al público, con subas en todos los cortes que oscilan entre los $300 y $400 por kilo. Pero todavía queda un tramo de incrementos.
“A estos valores de media res, la suba en los mostradores tendría que ser de unos $550 por kilo, pero por ahora los carniceros abosrbieron parte de los aumentos y todavía faltan trasladar cerca de $150 por kilo en los cortes”, reconocieron los operadores del negocio.
Para el analista Víctor Tonelli, estas subas de la hacienda se terminarán de reflejar en las carnicerías en el corto plazo.
“Es prácticamente lineal, toda vez que sube el valor del ganado termina ajustando al de la carne al consumidor. Cuando la hacienda sube mucho y de golpe, el ajuste final de la carne puede demorar unos días o semanas en copiar todo, pero finalmente siempre van en línea”, sostuvo
Y agregó: “Con subas de esta magnitud, quizas demoren entre una o dos semanas hasta que absorban todo”.
Esta escenario se contrapone con el deteriorado poder adquisitivo de los salarios, que será unos de los factores que puede poner un techo a las subas de vaquillonas y novillitos en los remates ganaderos,
Por Andrés Lobato.-
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