CUMBRE DE BRASIL BUSCA AMBICIOSO ACUERDO PARA SALVAR LA AMAZONIA.
La desidia y luego el negaocionismo hizo que hace 14 años los paises amazónicos no se reunan a elaborar políticas de cuidado de la selva.
Después de 14 años se realiza nuevamente en Brasil una reunión de los ocho países de la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA) ocurre este martes y miércoles en la ciudad de Belém (Pará, norte de Brasil), para debatir estrategias comunes de combate a la deforestación, el crimen organizado y el desarrollo sostenible en la selva.
Los líderes amazónicos coincidieron en que una acción conjunta es inaplazable, aunque pusieron énfasis en diferentes soluciones.
El anfitrión, Luiz Inácio Lula da Silva, aseguró que habrá un “antes y un después” de esta cumbre y reafirmó el compromiso de Brasil de erradicar para 2030 la deforestación en la Amazonia, vasta región que alberga alrededor del 10% de la biodiversidad del planeta.
“Nunca fue tan urgente retomar y ampliar nuestra cooperación”, dijo el presidente electo de Brasil.
“Estamos empeñados en revertir el cuadro” de las actividades ilegales en la Amazonia, afirmó Lula, quien celebró la reducción de más de 40% de la deforestación en los primeros siete meses de su gobierno.
La cumbre es vista como una prueba de liderazgo de la región en la materia y especialmente de Brasil, tras la vuelta al poder de Lula, que puso fin a cuatro años de negacionismo climático por parte de su predecesor, Jair Bolsonaro.
Petróleo en la selva
El debate llega mientras Brasil tiene en la mira una nueva y polémica frontera exploratoria de la estatal Petrobras frente al delta del río Amazonas, cuya licencia fue negada recientemente por el regulador ambiental de Brasil, pero que cuenta con el apoyo de Lula.
Los ecuatorianos decidirán por su parte este mes en un referendo si se suspende la explotación de crudo en el estratégico bloque ITT, que está dentro de la reserva Yasuní y del que se extrae un 12% de los 466.000 barriles diarios que produce el país.
Expertos señalan que la declaración debería incluir compromisos para una mayor protección de los territorios indígenas, considerados una importante barrera contra la deforestación, por la forma sustentable en que estas comunidades explotan sus recursos.
Unos 1.500 manifestantes, entre ellos algunos indígenas, marcharon el martes desde un parque cercano al evento en Belém, exhibiendo pancartas con mensajes como “Siempre estuvimos aquí” y “Amazonia libre de crimen”, constató la AFP.