“INDUSTRIA EN CRISIS”: SE DERRUMBO LA EXPORTACION DE BIODIESEL A EUROPA.

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Hasta agosto pasado se vendieron a ese mercado solo 200.000 toneladas sobre una cuota de 1,2 millones de toneladas; un informe habla de buenas perspectivas para los biocombustibles en general para los próximos años.

Para la industria del biodiésel, este año es “muy complicado”: hasta agosto se exportaron unas 200.000 toneladas a la Unión Europea sobre una cuota anual de 1,2 millones de toneladas. Como hay límites trimestrales, ya no se puede recuperar lo perdido. Claudio Molina, consultor del sector, plantea que con una mejora de los precios relativos, se podrían colocar 500.000 toneladas “siendo optimistas”. Con el mercado interno añadido -el corte es del 5% y no del 7,5% porque no dan los precios- la producción alcanzaría 1,2 millones con una capacidad instalada de 3,9 millones de toneladas. “La ocupación es del 30%, el de una industria en crisis”, dijo. En el caso del bioetanol, donde el corte es del 12% y hay “algo de exportaciones”, con lo que la producción alcanzaría 1,250 millones de metros cúbicos.

Molina insiste en que las proyecciones están sujetas a “una amplia variabilidad” por las condiciones de mercado. Respecto del 2022, la producción de biodiésel caerá 37% en la producción y 67% “como mínimo” de exportaciones, mientras que el bioetanol crecerá 5% aproximadamente.

Este panorama de una “industria en crisis” por la incertidumbre se da en una coyuntura de transición energética en el que la producción de bicombustibles a base de materias primas de origen vegetal, grasas animales y residuos tiene un “gran potencial para convertirse, junto con las baterías y el hidrógeno, en una de las mejores alternativas” de adopción de fuentes de energía renovables para el sector del transporte, según un estudio de la consultora Bain & Company, que proyecta que este mercado crezca entre 3% y 6% anual hasta 2050, impulsado por la demanda de la Unión Europea y Estados Unidos, donde las regulaciones se adecuan para incentivar y permitir la producción de combustibles renovables.

El reporte indica que los países latinoamericanos están “ante una gran oportunidad” para convertirse en “actores claves” en el suministro de estos combustibles renovables, aprovechando sus vastos territorios así como la generación de residuos de sus actuales actividades de agricultura y ganadería. “Deberán desarrollar su infraestructura, promover la innovación en su agricultura e implementar regulaciones adecuadas para promover el crecimiento sostenible de este sector así como garantizar la competitividad en un mercado internacional que se encuentra en auge”, añade el informe.

Oportunidades

Diego García, socio de Bain & Company, apunta que el principal factor de éxito en la producción de biocombustibles para países como la Argentina, será la “disponibilidad de materias primas a bajo costo y con una baja huella de carbono”.

Sin embargo, por el incremento previsto para la demanda de bios, indica que está el “riesgo de limitaciones en el suministro de materias primas a mediano plazo si el cultivo y disposición de los materiales empleados para su producción no se hace de manera ordenada”. Por ejemplo, se prevé que Estados Unidos, la Unión Europea y otros países desarrollados, “aumenten las importaciones de materias primas para su producción interna”.

Para poder aprovechar las oportunidades de exportaciones, subraya que es necesario cumplir con metas de reducción en la huella de carbono que está impactada por diferentes factores, como el cambio en uso de la tierra, el impacto de la agricultura, el procesamiento y la logística. Por ejemplo, tierras originalmente compuestas por bosques nativos que ha sido desmatada para la producción agrícola tiene un impacto en la huella de carbono muy alta.

Además del efecto del cambio del uso de la tierra, otros factores como los insumos utilizados en la agricultura y el diseño sustentable de los procesos de procesamiento pueden tener un impacto relevante para lograr un impacto positivo en la huella total de carbono.

También, menciona el informe, que una circunstancia que podría dificultar la transición energética es la competencia entre la producción de biocombustibles y la de alimentos, aún más por el “importante papel de muchos de los países de la región como grandes proveedores globales”.

Hoy las materias primas de primera generación -que se consideran competidoras por la tierra usable para alimentos como el aceite de soja y el etanol de caña de azúcar- representan aproximadamente el 80% del suministro para la producción de biocombustibles en países como Brasil.

La Cámara Panamericana de Biocombustibles Avanzados de la Argentina posteó en sus redes: “De tanto hablar de biocombustibles, se nos ocurrió una nueva palabra que empezaremos a utilizar desde hoy fosilcombustibles. Emiten 230% más que los biocombustibles líquidos y sólo se pueden usar una vez”.

También recordó que la Argentina presentó en noviembre último su “prometida” Estrategia de Largo Plazo (LTS), confirmando su objetivo de cero emisiones netas para 2050 que “logra una calificación de ‘insuficiente’ en comparación con los esfuerzos internos requeridos, y una calificación de “muy insuficiente’ respecto de la contribución justa de la Argentina a la mitigación del cambio climático global”.

Por: Gabriela Origlia.-

LA NACION.-

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