CON MAYOR RETENCION DE TERNEROS, EL NEGOCIO GANADERO COMIENZA A CAMBIAR DE RUMBO.
De acuerdo al Rosgan, si bien la zafra de terneros será menor a 2023, la caída no será tan fuerte como se pronosticaba. En las próximas semanas, invernadores y feedloteros presionarán sobre los precios.
Las estimaciones privadas comienzan a dejar en evidencia que la caída en la producción de terneros no será tan fuerte como se proyectó durante el tramo final del año pasado.
Uno de los primeros indicadores a tener en cuenta es que los primeros datos parciales de la vacunación contra aftosa de 2023, que empiezan a corroborar que la merma de animales livianos será mejor que lo previsto.
Según el mercado ganadero de Rosario (Rosgan), la zafra de terneros y terneras será menor a la de 2023, cuando se superaron las 15,1 millones de cabezas.
“Sin embargo, las diferencias que se evidencian en el escenario climático respecto de lo que se venía registrando a esta misma fecha el año pasado, sumado a un fuerte cambio de expectativas respecto del negocio ganadero, impondrán un cambio sustancial en los movimientos de hacienda que condicionarán de manera directa la dinámica comercial de la presente campaña”, señalaron.
LOS TERNEROS, EN LA LÍNEA DE LARGADA
A comienzos de 2023, la falta de lluvias marcaba el ritmo del negocio. Los productores no solo debían anticipar los destetes para aliviar las madres, sino también a bajar de manera considerable la carga general de animales en los campos.
En este nuevo ciclo, la foto es diferente. Los campos ganaderos están mejor preparados para ofrecer alimentos y con vacas que están en mejor estado corporal, los productores apuntarán a retener más hacienda, con el objetivo de sacar una invernada más pesada.
TERNEROS: LO QUE MUESTRA EL SENASA
De acuerdo a los datos de traslado de hacienda publicados por el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), durante el primer mes del año salieron de los campos de cría un total de 512.538 terneros y terneras.
Si se compara con enero 2023, este volumen de hacienda es un 14% menor, pero si se extiende el análisis hasta 2017, es un número intermedio.
Esta cantidad de cabezas trasladadas en enero de este año fue mayor al mismo mes de los años 2017, 2019, 2021 y 2022. Y se ubicó por debajo de los registros de 2018, 2020 y de 2023. Un dato a tener en cuenta es que el año pasado fue el mejor enero desde que se lleva registro, con 596.000 cabezas, número que se incrementó a partir de las urgencias que impuso la seca.
Pero existe otro indicio que permite visualizar este cambio de rumbo: la menor cantidad de animales que ingresaron a los corrales de engorde durante enero. De acuerdo al organismo sanitario, el mes pasado entraron 279. 390 vacunos, un 23,5% menos en la comparativa interanual.
De acuerdo al Rosgan, esta información pernite observar una tendencia al incremento de invernadas a campo, que se había visto frenada en los dos últimos años a raíz de la reducción en la oferta forrajera. Cuando se comparan los datos, la proporción de vacunos trasladados a campos de invernada contra los trasladados a corrales creció un 5% este años.
“Si bien la intensificación de las recrías e invernadas pastoriles bien manejadas y complementadas con una correcta terminación a corral, permitirá avanzar hacia el gran desafío que tiene hoy la Argentina que es aumentar la producción de animales más pesados”, señalaron desde la entidad rosarina.
EFECTOS NEGATIVOS
Como contrapartida, ese incremento en las recrías e invernada traerá ciertos desajustes transitorios en el flujo de oferta ganadera.
En concreto, más allá de la cantidad de terneros que se desteten -que será menor a 2023- estará retenida mayor tiempo. De esta manera, el inicio de zafra será más lento y habrá un impacto alcista en las cotizaciones cuando invernadores y feedloteros comiencen a presionar sobre la reposición.
“Si bien en este contexto de menor hacienda general, ambos valores se mantendrán muy firmes este año, sin dudas la invernada encontrará en lo inmediato un mercado mucho más tomador para convalidar potenciales subas mientras que el gordo, al chocar contra un consumo local más debilitado, podría demandar más tiempo para asimilar estos incrementos”, concluyeron.