“CON UN CUCHILLO”: ROMPIERON SEIS SILOBOLSAS Y VUELVE A PREOCUPAR EL VANDALISMO RURAL.
En una cooperativa agrícola de Carhué, Buenos Aires, se registró un ataque que, según denunciaron los productores, fue para hacer daño.
n grupo de productores denunció la rotura de seis silobosas que estaban en la planta de silos de la Cooperativa Agrícola Ganadera Limitada de Adolfo Alsina Carhué, en la localidad de Carhué, provincia de Buenos Aires. Realizaron la denuncia policial por el hecho: creen que se trata de un acto de vandalismo para hacer daño a la producción. Según un relevamiento de La Nacion desde abril de 2020, en total en el país fueron vandalizados 287 silobolsas.
Mariana Pronsati, gerenta general de la cooperativa integrada por los productores de esa localidad, dijo a La Nacion que los bolsones contenían maíz, mayoritariamente; solo uno de los afectados tenía trigo. En la planta, donde tratan de resguardar la mercadería de los socios, había en total 120 silobolsas. “La mayor parte del vandalismo tiene que ver con personas que tienen poco que hacer. Cuando pasó esto se procedió a hacer la denuncia y se informó al consejo de administración”, dijo.
El desastre sucedió el sábado pasado después del mediodía, pero lo descubrieron el domingo, cuando uno de los trabajadores comenzó a recorrer y se encontró con la escena. “Había seis bolsones rotos que se hicieron de manera intencional con un cuchillo; primero con cortes horizontales y después con cortes verticales que hacen que colapse el silobolsa. Eso fue pérdida total del silo, porque hay que proceder a juntar todo el grano. Si el corte es horizontal, el silobolsa puede resistir y se puede parchar. El vertical colapsa, se abre todo y entonces el grano hay que levantarlo de nuevo, con pérdidas costosas”, resumió.
Los socios de la cooperativa creen que el acto de vandalismo lo hicieron jóvenes, adolescentes o preadolescentes, por el tipo de intencionalidad. “Eso una persona grande no lo hace. Sí, entendemos que hubo una intención por la forma en que estaba cortado, pero no tenemos una sospecha firme”, agregó.
La cooperativa tiene cámaras en la planta, sin embargo, contó que en la zona donde estaban los silobolsas no había cobertura. “Estamos esperando a que se procesen las cámaras de un vecino, porque justo en ese sector es el único lugar donde no hay cámaras, los otros sectores sí tienen cámaras y están supervisados. Ese sector era el último que había quedado en obras. Los otros silobolsas están todos supervisados, pero esa parte era la última que había quedado en obras y se están instalando las cámaras”, amplió.
Los vecinos les prestaron las imágenes que están en este momento procesando para ver si pueden identificar a los delincuentes. “Estimamos que son jóvenes que se les fue la mano con la travesura. Esperamos ver las imágenes de las cámaras para ver más firme qué fue lo que pasó. Esto es un delito, porque no se llevaron el grano, como sucedió el año pasado, pero el delito es costoso”, advirtió.
Si bien los granos no sufrieron daños, los productores tuvieron que afrontar gastos, como los US$8 por tonelada reembolsada. En tanto, el silobolsa costó US$580 más IVA. “La mercadería no se estropeó porque no hubo lluvias en ese fin de semana. Si hubiese llovido, hubiese sido una pérdida total de 1000 toneladas de maíz. Es muchísimo. Los chicos de la planta estuvieron recuperando el grano; se perdió un día de trabajo y se buscó gente para extraer y volver a reembolsar el cereal”, contó.
Esta es la primera vez que la cooperativa pasa por una situación de inseguridad. En esa localidad hubo otros casos de robo de granos que estaban en campos de productores. También se ha atentado contra silobolsas de empresas que tienen molinos. “No es la primera vez que sucede un acto de este vandalismo. Por suerte a nosotros no nos robaron el grano, pero puede pasar. En otras ocasiones a otras personas les han robado el grano. Esa es la vulnerabilidad del silobolsa”, dijo.
La cooperativa no embolsa los granos normalmente por seguridad; sin embargo, por un tema logístico, decidieron esta vez hacer silos. “Sabíamos del riesgo, por eso los silos están asegurados y estamos instalando más cámaras de seguridad. Esperemos que sea la última vez”, agregó.
Por: Belkis Martínez.-
LA NACION.-