SE PROYECTA UN FUERTE RECORTE DEL PRESUPUESTO DE INTA Y SENASA PARA 2025, Y LA OPOSICION APROVECHA PARA CRITICAR EL AJUSTE DE MILEI SOBRE EL AREA DE AGRICULTURA.
Una vez conocido el Presupuesto 2025 proyectado por el gobierno de Javier Milei, lamentablemente no se puede discriminar con exactitud el dinero que se piensa asignar a la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca (Sagpya) porque a partir de febrero de este año, y tal como viene informando Bichos de Campo, la administración de la misma fue absorbida por el Ministerio de Economía y entonces ya no maneja ni su propio dinero ni su propio personal.
Entonces apenas se puede saber que en 2025 el Ministerio de Economía tendría un presupuesto asignado de 7.699.573 millones de pesos, de los cuales supuestamente 421.248 millones corresponden a grandes trazos al rubro agricultura y ganadería. Quizás ese sea el dinero que sea destinado a la administración central de las políticas agropecuarias.
Lo que sí se puede saber el presupuesto planeado para los organismos descentralizados, de los cuales varios pertenecen a la órbita dela Sagpya. De esos datos desglosados surge que el INTA tendría un presupuesto asignado de 251.494 millones de pesos el año entrante (salvo que en el Congreso se defina otra cosa) y que al Senasa le tocarán 171.157 millones. Un dato central es que se cubrirán esos gastos con recursos propios generados por ambos organismos.
A partir de estos datos, el ex secretario de Agricultura de Sergio Massa, el entrerriano Juan José Bahillo, lanzó un alerta a través de sus redes sociales. “Lamentablemente continúa el desguace de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, poniendo en riesgo su capacidad operativa. El gobierno nacional parece no comprender que el 70% de las exportaciones provienen de sectores productivos que se vinculan con la secretaría”, escribió el ex funcionario.
Bahillo compartió un gráfico donde compara los presupuestos asignados a diferentes organismos descentralizados (entre ellos INTA y Senasa) en el corriente período (en la división de gastos heredada de la gestión Massa), y la proyectada para 2025 ahora sí por la gestión Milei.
En ese gráfico se ve que el presupuesto del INTA solo aumentaría 24,5% de un ejercicio al otro, en un contexto de altísima inflación de este año, mientras que el del Senasa lo haría 25%. Hasta agosto, la suba de precios generales de la economía rondaba ya el 100%, con lo cual la lectura obvia es que una corrección de una cuarta parte de los recursos para el año que viene implicará un fuerte ajuste sobre ambos organismos.
Lo mismo sucede con el Inidep (Desarrollo Pesquero), cuyo presupuesto crecería 26,41%; en el INV (Vitivinicultura), con un salto de solo 13,83%; y en el INASE (Semillas), con una mejora de recursos del 19,13%. Siempre estos reajustes quedarán muy por debajo de la inflación proyectada para 2024. Mucho peor es el caso del industrial INTI, donde la administración actual dispuso un ajuste de 14% en la cantidad de dinero que se le asignó.
“Este ajuste financiero no solo afecta al funcionamiento interno sino que también golpea al sector productivo, limitando la implementación de políticas públicas cruciales para el desarrollo agrícola y ganadero”, juzgó Bahillo, que tuvo a su cargo la administración de todos estos organismos descentralizados entre 2022 y 2023, junto al ex ministro Massa.
Un dato curioso del Proyecto de Presupuesto 2025 es que tanto el INTA como el Senasa, que recaudan en el primer caso por la tasa de estadística sobre las importaciones, y en el segundo por el cobro de aranceles al sector privado, dejarán un excedente de recursos que será absorbido -como sucede casi todos los años- por el Tesoro Nacional. En el primer caso se espera la transferencia de 20.000 millones de pesos y en el segundo caso de 5.000 millones.
Según el ex funcionario, “es fundamental q se reconozca la importancia de la Secretaría y sus entes en la formulación de políticas que garanticen un desarrollo sostenible y competitivo. La falta de inversión no solo debilita las capacidades institucionales, sino que también pone en peligro el futuro del agro argentino”.
Bichos de Campo.-