JAVIER MILEI AVALO LA DECLARACION FINAL DEL G20, PERO PLANTEO SU DISIDENCIA CON LA AGENDA 2030 Y EL IMPUESTO A LOS “SUPER RICOS”
El Presidente evitó patear el tablero y apoyó el documento; al momento del acuerdo, no obstante, pidió la palabra para volcar sus “líneas rojas” sobre la libertad de expresión en redes sociales, cuestiones de género y gravámenes a las grandes fortunas.
El impuesto a las grandes fortunas es una iniciativa de Lula bajo el cálculo que indica que con un gravamen de 2% sobre la riqueza podría recaudar hasta 250.000 millones de dólares para financiar políticas sociales. Meses atrás, la Argentina había adherido a la propuesta, pero en los últimos días el gobierno argentino dio la instrucción a la delegación oficial de oponerse a la iniciativa de manera taxativa.
Un tema que todavía generó dudas durante toda la jornada era el posicionamiento frente al cambio climático. Negociadores argentinos deslizaron a LA NACION que hubo un arduo trabajo del cuerpo diplomático “junto con el Ministerio de Economía” para alcanzar un texto consensuado, ya que Milei no cree en el calentamiento global y considera que se trata de una imposición del primer mundo a los países emergentes.
En la primera jornada de la Cumbre, la Argentina fue la gran sorpresa. En la primera parte del día adhirió a la Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza, otra de las grandes apuestas de Lula como presidente del foro internacional. La gestión de Milei suscribió la iniciativa a su modo: enfatizó que solo las “reformas de mercado” permitirán paliar el hambre en el mundo y subrayó que “no implica la aprobación colectiva de instrumentos o programas de políticas específicos”.
Hubo, además, otros temas sensibles en materia geopolítica que atravesaron el documento final. Milei dijo que hubiera querido una condena explícita a Rusia y un pedido para la liberación de rehenes “sin ignorar las acciones ilegales de quienes atacan al Estado de Israel”.
Por Maia Jastreblansky.-
LA NACION.-