INDUSTRIA MADERERA: UN SECTOR QUE SE «AMOLDA» Y MUESTRA SEÑALES DE ESTABILIZACION
En un contexto interno todavía desafiante, el sector maderero comienza a mostrar cierta estabilidad en los niveles de actividad y encuentra en el comercio exterior una válvula de escape para sostener producción y empleo.
La industria de la madera atraviesa un momento bisagra. Luego de meses marcados por una fuerte contracción del mercado interno, el sector empieza a mostrar señales de estabilización en los niveles de actividad, al tiempo que refuerza su perfil exportador como estrategia para sostener la producción, preservar el empleo y atravesar una coyuntura económica compleja.
Así lo reflejan los últimos análisis de la Federación Argentina de la Industria Maderera y Afines (FAIMA), que monitorea de manera periódica la evolución del mercado nacional y externo de la actividad.
COSTOS EN ALZA Y UN PUNTO DE INFLEXIÓN
Más allá de la mejora relativa en algunos indicadores, el desafío de la competitividad sigue siendo central. Un reciente informe sobre la evolución del ciclo económico del sector foresto-industrial advierte que, entre diciembre de 2023 y diciembre de 2025, los ingresos crecieron en dólares un 124%, mientras que los costos estructurales se dispararon hasta un 249%. El caso de la energía resulta particularmente crítico: la potencia eléctrica registró incrementos del 617%, afectando de manera directa la estructura de costos de la industria.
“Estamos atravesando un punto de inflexión para el sector foresto-industrial. La competitividad sigue siendo un desafío central, especialmente por el fuerte aumento de los costos estructurales, pero también hay oportunidades si se avanza en una agenda que mejore las condiciones macroeconómicas, el acceso al financiamiento y la previsibilidad”, planteó Cetrángolo.
En este marco, la construcción continúa en una meseta baja. Si bien algunos indicadores muestran mejoras intermensuales, el nivel de actividad sigue muy por debajo de los registros de años anteriores, lo que limita la recuperación de la demanda interna de productos madereros. No obstante, hacia el cierre del año comenzaron a mejorar las expectativas empresarias, en línea con un escenario financiero algo más estable y una moderación en las tasas de interés.
EXPECTATIVAS Y MIRADA DE LARGO PLAZO
Desde FAIMA remarcan que, pese a las dificultades, el sector mantiene un rol estratégico dentro de la industria nacional, con capacidad de generar empleo federal, valor agregado y divisas.
En ese sentido, destacan la resiliencia demostrada por la actividad y la necesidad de acompañar esta etapa con políticas públicas que fortalezcan la competitividad, promuevan la inversión productiva y brinden previsibilidad.
“El desafío es grande, pero el sector ha demostrado históricamente una enorme capacidad de adaptación. Con reglas claras y una macroeconomía más estable, la industria de la madera tiene condiciones para recuperar dinamismo y proyectarse a largo plazo”, concluyó el especialista.

PRÁCTICAS LABORALES SOSTENIBLES: AVANCE DEL SECTOR
En paralelo al complejo escenario económico, el sector forestal también muestra avances en materia de calidad institucional y laboral.
El Registro Nacional de Trabajadores Rurales y Empleadores (RENATRE) otorgó recientemente la Certificación en Prácticas Laborales Sostenibles (PLS) a Selva SRL, una empresa de la provincia de Misiones, que se convirtió en la primera vinculada a la actividad forestal en alcanzar este reconocimiento y la tercera a nivel nacional.
La certificación busca promover el respeto de los derechos humanos y fundamentales del trabajo, mediante procesos de debida diligencia empresarial alineados con estándares nacionales e internacionales.
“La certificación en Prácticas Laborales Sostenibles no solo reconoce a las empresas que ya implementan buenas prácticas, sino que también funciona como una herramienta de mejora continua”, destacó el presidente del RENATRE, José Voytenco.
Desde la empresa misionera valoraron especialmente el proceso de evaluación externa. “Que venga alguien de afuera a mirar cómo está todo, cómo trabaja la gente y qué condiciones tienen, y que después haga una devolución, es muy importante porque siempre hay cosas para mejorar”, señaló Daniel Durán, ingeniero de Selva SRL.
Además, subrayó que este tipo de certificaciones contribuyen a ordenar el sector y a generar reglas más equitativas en un contexto donde la informalidad sigue siendo un problema estructural.
Con esta iniciativa, el RENATRE busca ampliar la adopción de prácticas laborales sostenibles en el ámbito rural y forestal, promoviendo empleo formal, condiciones de trabajo dignas y un desarrollo productivo más equilibrado, aun en un escenario económico desafiante para la actividad.