“PEGA MUY FUERTE”: EN EL CAMPO ALERTAN POR EL IMPACTO DE LA SUBA DEL COMBUSTIBLE EN UN MOMENTO CLAVE.
En el sector sostienen que habrá una suba de costos en plena cosecha de trigo, además de la siembra de soja y de maíz.
Luego del fuerte incremento de los combustibles realizados por YPF, Shell y Puma, en el campo se escucharon voces de preocupación por un incremento de los costos en plena cosecha de trigo y siembra de soja y de maíz. Algunos comprenden, no obstante, que los precios estaban distorsionados y la corrección era inevitable.
Como informó La Nacion, YPF aplicó un fuerte aumento de los precios de la nafta y el gasoil de 25% en promedio, aunque con incrementos de hasta un 30% en algunas regiones del país. Shell y Puma Energy subieron antes un 15% en promedio.
“El impacto que causa el aumento de combustibles como el gasoil es importante porque aumenta directamente los costos. Esto pega muy fuerte también en las economías regionales. Es el insumo principal para producir”, señaló Carlos Castagnani, presidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA).
Horacio Salaverri, presidente de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap), afirmó: “Entiendo que es un reacomodamieto de precios relativos, deberá estar inmerso en las medidas que se anunciarán el lunes [en relación a lo que disponga el entrante gobierno de Javier Milei]”.
Ernesto Ambrosetti, consultor en agronegocios, recordó que el campo demanda más de 3000 millones de litros a lo largo del año y que por cada peso que aumenta el gasoil se transfiere más de $3000 millones del sector agropecuario al energético y al Estado por la alta carga impositiva que posee el combustible.
“Las economías regionales más alejadas de los grandes centros de consumo y los puertos son las más afectadas”, expresó. A modo de ejemplo, la producción de arroz que se hace en el litoral demanda para riego un importante consumo de gasoil.
“Para el sector agroindustrial el aumento de un insumo estratégico como el gasoil impacta en mayores costos productivos y en todas las etapas de comercialización hasta llegar al consumidor, ya que incrementa el costo de transporte”, señaló.
Más allá del fuerte incremento realizado por las petroleras, Ambrosetti reparó en el diferencial de valores entre la Argentinas y otros países. “A pesar de estos aumentos en nuestro país, los valores de nuestros combustibles están por debajo de los precios de nuestros principales competidores debido a las distorsiones que han generado las políticas implementadas los últimos años que han desvirtuado todos los precios relativos”, expresó. Añadió: “Es de esperarse que en el nuevo horizonte político y económico se comiencen a corregir todas estás distorsiones”.
De acuerdo a un reporte de la Sociedad Rural Argentina (SRA), entre los 20 mayores productores de gasoil la Argentina se vino posicionando como quinto país con menor precio por litro a dólar libre. Esto después de Irán, Arabia Saudita, Argelia, Egipto y Malasia.
Contratistas
En este contexto, los contratistas de maquinaria agrícola que prestan servicios a los productores, como ahora con la cosecha de trigo, no descartan incrementar las tarifas que cobran por ello. Estos actores llevan una hoja de cálculo con todos sus costos que se actualiza apenas hay una variación en los mismos.
“Lamentablemente vamos a seguir poniendo el cálculo”, apuntó Luis Simone, presidente de la Federación Argentina de Contratistas de Máquinas Agrícolas (Facma), que agrupa a unos 4000 operadores.
Hasta la semana pasada, el valor para cosechar una hectárea de trigo rondaba los 30.000 a 35.000 pesos y ahora el precio que da es de $45.000 la hectárea recolectada. Esto es justamente lo que podría volverse a ajustar luego del incremento del combustible.
Un equipo de cosecha compuesto por una cosechadora, un tractor y una camioneta que presta ayuda consume unos 12 a 15 litros de gasoil por hectárea en el día de trabajo. De ese número, la cosechadora representa unos 10 litros.
Simone dijo que los contratistas aguardarán en este contexto “qué dice Milei sobre el valor del dólar”. Contó que la semana pasada quiso comprar un repuesto de una marca multinacional y le dieron dos opciones: o dejaba el precio abierto o si lo quería abonar en el momento lo tenía que hacer con una divisa a $790.
Por: Fernando Bertello.-
LA NACION.-