IMPACTO: CUANTO PODRIAN BAJAR LOS FERTILIZANTES SI SE REDUCE EL IMPUESTO PAIS.
Si se trasladaran completamente las bajas del tributo, el precio de la urea podría caer 33 dólares por tonelada; el fosfato monoamónico podría abaratarse en 57 dólares por tonelada.
Si en septiembre se reduce el impuesto PAIS del 17, 5 al 7,5%, el precio de la urea podría bajar 33US$/t y el del fosfato monoamónico, 57US$/t. Las cifras se desprenden de un cálculo realizado por Jeremías Battistoni, analista de Granos de AZ-Group. El técnico consideró los precios de paridad teóricos de ambos productos y les aplicó una reducción del 10% en el impuesto. Por otro lado, advierte que los precios internacionales de la urea tocaron su piso en julio.
“En julio se tocó el piso de precios de los fertilizantes, tras lo cual rebotaron por la activación de la demanda interna, representadas por las compras requeridas para completar la nutrición del trigo e implantar los granos gruesos”, define Battistoni.
Por esa razón, los precios de la urea mostraron subas en las últimas semanas, a contramano de lo que está ocurriendo en los mercados internacionales. Así, los valores de este fertilizante para retirar del puerto se ubicaban en 576 dólares por tonelada, 2% por encima de los precios de junio. Esta cotización supera a la paridad teórica de equilibrio que se ubica en 479 dólares por tonelada.
Para abastecer la demanda estacional, durante junio se produjo un importante volumen de importaciones de urea -130.000 toneladas- con un acumulado en el año de 409.000 toneladas, que es el segundo volumen más alto para esta fecha, solo superado en 2021 cuando la Argentina alcanzó un consumo récord.
Por su parte, a fines de julio, los precios del fosfato monoamónico a retirar del puerto alcanzaban los 900 dólares por tonelada, con un aumento respecto de los valores de mayo de 16 dólares por tonelada y una paridad teórica de importación de 805 dólares por tonelada. La oferta local se muestra ajustada, los volúmenes de importación acumulados en lo que va del año son similares a los de 2023 y 2022, campañas que reflejaron recortes en el consumo.
Los aumentos de precios de ambos fertilizantes se explican por la estacionalidad de la demanda local. “Las subas en el ámbito local se alejaron del comportamiento internacional; la demanda para los cultivos de invierno reactivó el mercado doméstico y también contribuyó el fin de la cosecha de granos gruesos”, observa Battistoni.
“Si bien los compradores se muestran cautos, retrasados en las compras respecto de campañas anteriores, los tiempos agronómicos de cara a la campaña gruesa 2024/25 apremian y las empresas se ven obligadas a ir concretando las compras”, avisa. Em el ámbito internacional, la demanda mundial está debilitada: India presenta altos stocks y la actividad comercial en Estados y en Europa es baja. En este entorno, Sudamérica aún está en la ventana de tiempo para traccionar demanda, con Brasil a la cabeza.
Impacto
En la formación de los precios de los fertilizantes en el mercado interno hay un 17,5% correspondiente al impuesto País. Si se reduce ese arancel, la medida podría tener un impacto importante en los precios internos de esos insumos.
En el caso de la urea, con los precios actuales, el Impuesto PAIS equivale a 33 dólares por tonelada, si el tributo se redujera del 17,5% al 7,5%. Para el fosfato monoamónico, la disminución del impuesto permitiría bajar el precio 57 dólares por tonelada. No obstante, “la velocidad en la que la baja del impuesto se traslade al precio percibido por el productor dependerá de la dinámica comercial de los proveedores”, alerta Jeremías.
Más allá de los cálculos anteriores, si se considera la relación insumo/producto de la agricultura 2024/25, actualmente la urea está en una buena situación cuando se compara su precio con la capacidad adquisitiva de los granos. Actualmente se adquiere entre un 14% y un 19% más de urea por tonelada de grano, dependiendo si es soja, maíz o trigo.
En tanto, la relación se torna levemente desfavorable en el caso del fosfato monoamónico. “Las relaciones negativas son reflejo de los sobreprecios locales. Las empresas agropecuarias deberán sopesar entre convalidar relaciones de precios desfavorables en fosforados o esperar a ver el reflejo de las bajas de precio a costa de caer en los cuellos de botella logísticos de los meses de siembra”, proyecta el consultor.
Por su parte, la reducción del precio del glifosato verificada durante los últimos meses determina que hoy se pueda cambiar favorablemente maíz o soja por el mencionado herbicida.
LA NACION.-